Echa un vistazo a tu alrededor. Si llevaras puestas gafas especiales que te dieran una visión superpotente, quedarías pasmado —y tal vez un poquito asqueado— con lo que verías. Eso se debe a que todas las superficies que ves, incluidos tu celular, tu mochila y tus manos, están literalmente cubiertas de gérmenes. ¡Puaj!
Sí, los gérmenes están por todas partes. Pero no te preocupes, no hace falta que salgas corriendo a la ducha (siento desilusionarte, pero… allí también hay gérmenes por todas partes).
De hecho, muchos de estos gérmenes son inofensivos y hasta beneficiosos. Por ejemplo, algunos tipos de gérmenes forman una capa protectora sobre tu piel que trabaja para luchar contra invasores dañinos. Otro tipo de germen que se encuentra en tu estómago e intestinos te ayuda a digerir la comida.
Pero hay otros gérmenes que no son tan amistosos. El tipo de germen llamado “virus” puede provocarte un resfriado o una gripe. Otro tipo llamado “bacteria” puede provocar una intoxicación o una faringitis. Y muchos de estos gérmenes andan muy campantes por todas las superficies que tocas a diario. Una vez que llegan a tus manos, el salto a la cara es rápido, y allí pueden meterse en tu cuerpo a través de tus ojos, tu nariz o tu boca, y tal vez enfermarte.
No hay necesidad de volverse fóbico a los gérmenes, pero tomar algunas medidas para protegerte de las variedades poco simpáticas de bacterias y virus te ayudará a preservar tu salud. ¿Crees saber cómo hacerlo? Sigue leyendo para poner a prueba tus conocimientos sobre los gérmenes, y aprende a ponerles un freno.